martes, 29 de abril de 2014

Dramaturgas en el camino a la democracia de la igualdad

Ana Diosdado rompió moldes en sus obras del último franquismo




La muerte de Franco debía suponer una ruptura con todo lo anteriormente establecido. La democracia tenía que traer la igualdad. El mundo del teatro no fue ajeno a estos cambios. Y las mujeres menos. En los últimos años de la dictadura, ya destacaron algunas dramaturgas, como es el caso de Ana Diosdado que estrena, en 1970, Olvida los tambores y en 1973, Usted también podrá disfrutar de ella, que supone una interesante construcción espacio-temporal, y la presentación de dos personajes (Fany y Javier) densos, elaborados, dotados de profunda humanidad. Tras la muerte del dictador, estrena Y de Cachemira chales (1976), que constituye una parábola de la España de la Transición. Según Patricia W. O´Connor (estudiosa norteamericana especializada en la dramaturgia española), en su obra Dramaturgas españolas de hoy, “Diosdado rompió moldes y sirvió de modelo para otras mujeres que querían escribir teatro”. Sin embargo, también critica que, a pesar de su transgresora versión de Casa de muñecas (1987), durante la democracia, Diosdado “no progresa en cuanto a la presentación de la mujer”. 


Al iniciarse la década de los ochenta surge un numeroso grupo de dramaturgas. Algunas, como Ana Diosdado, ya habían comenzado su andadura anteriormente. A finales de la década, siguen dándose casos de mujeres con notable talento para la dramaturgia, pero la igualdad todavía no es real, aunque la Transición haya casi concluido. Uno de los casos más destacados es el de Carmen Resino quien había publicado su primer drama en 1969, El presidente. Sin embargo, Resino se da a conocer, especialmente, por ser la primera presidenta de la Asociación de Dramaturgas Españolas, inaugurada en 1987, y por su posición activa ante el aislamiento de que es objeto la dramaturgia femenina La autora definió así los objetivos de la agrupación: “Reivindicar, sin ningún tipo de tinturas ideológicas ni pancartas feministas, la actividad dramatúrgica femenina y, a través del teatro, contribuir a mejorar la situación de la mujer dentro del contexto social, cuyo sistema se obstina todavía en cerrarle determinados ámbitos de actuación”.

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